El pasado 3 de abril se suicidó en Turín (Italia) un adolescente gay de 16 años, Marco, que sufría bullyng homófobo. “En el colegio no me aceptan porque me ven diferente, no me siento integrado“, decía el joven en una carta que escribió antes de tirarse por la ventana de su apartamento. A pesar de que la madre había alertado a la directora del colegio del acoso que sufría su hijo, nada había cambiado.
El principal colectivo LGTB de Italia, Arcigay, ha asegurado que la muerte de Marco es sólo “la punta del iceberg” y que son muchos más los suicidios de adolescentes motivados por el ‘bullying’ homófobo y por eso ha pedido al Ministerio de Educación una campaña contra la homofobia. Además, esta asociación ha criticado el tratamiento informativo que está dando a la noticia la televisión pública italiana, porque dicen que el joven ha sido acosado por ser el mejor estudiante de su centro y omiten hablar de homofobia.
El ministro de Educación italiano, Giuseppe Fioroni, ha dicho sentir un profundo dolor "como padre y como ministro" y se ha comprometido a perseguir el bullyng. Sin embargo, desde los colectivos LGTB le han respondido que "no es simplemente bullyng sino persecución anti-gay".
El principal sindicato de estudiantes italiano, la UDS, ha iniciado una serie de movilizaciones contra la homofobia en las escuelas.
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